Srebrenica, la vergüenza de Europa

El día en que fue fusilada una ciudad

Data: 
12 Jul 1996

La OTAN reconoce que "sin Srebrenica habría seguido la guerra, pero el precio pagado fue terrible"

 

CRISTOPHER BELLAMY

Hace ahora un año, las tropas serbobosnias entraron en Srebrenica, la aislada ciudad musulmana de Bosnia. Destruyeron lo que durante 500 años había sido una comunidad musulmana y mataron sistemáticamente a gran número de prisioneros. Srebrenica llevaba tres años en estado de sitio, y desde mayo de 1993 había sido una de las seis zonas seguras de la ONU. De las 40.000 personas que quedaron, unas 6.000 fueron aniquiladas, o inmediatamente o durante la terrible larga marcha con la que esperaban poder llegar a un lugar seguro.Fue la hora más baja de la ONU, pero la humillación y la deshonra de Srebrenica fue el catalizador que acabó por empujar a la acción a la ONU y a la OTAN. Una alta fuente de la OTAN reconoce: "Sin Srebrenica habría seguido la guerra, pero el precio pagado fue terrible. Quizás pagamos un precio demasiado alto".

Sobre las diez de la mañana del 11 de julio del año pasado, el comandante de los 400 militares del batallón holandés en la ciudad, teniente coronel Tom Karremans, volvió a pedir apoyo aéreo contra los ataques serbobosnios que empezaron el 6 de julio. Las fuerzas holandesas de la ONU carecían de hombres y de equipo suficiente, y su misión siempre había sido ambigua. "No tenía fuerza para defenderse del Ejército serbobosnio, pero era demasiado grande para retirarse con facilidad", en palabras de un oficial de la OTAN. La batalla empezó sobre las once de la mañana. Los serbobosnios recurrieron a los carros de combate, y la "posición de bloqueo" holandesa al sur de Srebrenica fue evacuada. El refuerzo aéreo, autorizado a las 12.30, era insuficiente y tardío.

El recinto holandés de la ONU se había visto inundado de refugiados la noche anterior. A las 13.40, dos proyectiles cayeron sobre la zona y mataron a algunos de los que habían llegado heridos. El teniente coronel Karremans ordenó a sus tropas, unos cien soldados, que retrocedieran a Potocari, al norte de la ciudad. Por fin, a las 14.40, dos cazabombarderos F-16 holandeses atacaron a dos tanques serbios. Los serbobosnios amenazaron con matar a 30 rehenes holandeses si continuaba el ataque. Sobre las 16.15, los serbios tomaron la ciudad. Poco después; desde el cuartel general de la ONU se dio orden a los holandeses de que negociaran un alto el fuego con los serbios. A las ocho de la tarde, Karremans se reunió con el general Ratko MIadic, el comandante serbobosnio, que pidió a los holandeses que desarmaran a los defensores musulmanes.

Ahora se sabe que una larga columna de hombres musulmanes -entre 10.000 y 15.000, muchos de ellos soldados armados- había salido del enclave la noche anterior camino de la principal zona musulmana, al oeste. La columna fue atacada y se dividió. En Konjevic Pole se produjo una matanza, pues los serbobosnios esperaron a que media columna estuviera en campo abierto y luego abrieron fuego.

En Srebrenica, la matanza comenzó de inmediato. Los soldados holandeses que testificaron ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya describieron cómo durante horas oyeron los tiros de las ejecuciones de los musulmanes que se habían quedado en la ciudad. Uno de los supervivientes juró que había visto al general Mladic en una de las ejecuciones. El batallón holandés dejó el enclave el 21 de julio.

Cuando el Consejo de Seguridad aprobó, en mayo de 1993, la resolución 824, por la que se creaban seis zonas de seguridad, lo hizo en contra de los consejos militares y de la lógica. Según el general Michael Rose, comandante militar de la ONU durante 1994, la ONU fue advertida de que las zonas de seguridad propuestas no funcionarían. Como acaba de decir una alta fuente de la OTAN, la idea de las zonas de seguridad era "un fraude". El mando de la ONU no podía y no quería poner suficientes tropas en las zonas para defenderlas, por temor a comprometerse.

Primero cayó Srebrenica, luego Zepa. El nuevo comandante de ONU en Bosnia, el general Rupert Smith, sacó a sus soldados de Gorazde. No quedaban más rehenes en las zonas serbias, y las fuerzas de la ONU se concentraron en un área defendible. A finales de agosto atacó y paró a los serbios. El alto el fuego llegó pocos meses después.

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