Srebrenica, la vergüenza de Europa

Una colaboradora de la fiscal Carla Del Ponte revela que EE UU y Rusia pactaron no capturar a Karadzic

Data: 
12 Sep 2007

ISABEL FERRER - La Haya - 

 

Apoyada en un título de alta carga simbólica, Paz y castigo, Florence Hartmann, periodista y antigua portavoz de la fiscalía del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, ha escrito un libro donde asegura que Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido han entorpecido el arresto de los máximos responsables del genocidio de Srebrenica: el líder político serbobosnio Radovan Karadzic y su jefe militar, el general Ratko Mladic. Según la autora, de los testimonios de ambos podría deducirse que las potencias occidentales no evitaron a tiempo la matanza de cerca de 8.000 varones musulmanes perpetrada en aquella ciudad bosnia en 1995. Para eludir dicha responsabilidad, tanto Washington como Moscú y Londres les habrían permitido ocultarse.

Sirviéndose de documentos y notas confidenciales manejados durante los seis años en que trabajó junto a Carla del Ponte, fiscal jefe del Tribunal (TPIY), Hartmann señala que este organismo sufre las consecuencias de la obstrucción de las mismas potencias que lo constituyeron en 1993. Del Ponte siempre ha dicho que Mladic y Karadzic estaban localizables, pero Belgrado no colaboraba lo suficiente para detenerlos. Su opinión cambió con la entrega de varios acusados de alto rango, el pasaporte necesitado por Serbia para negociar su ingreso en la UE.

Entre los pasajes más significativos del libro, editado en francés por Flammarion, figura la revelación hecha en 2000 por el entonces presidente francés, Jacques Chirac, a Del Ponte. "Que Karadzic siga libre es cosa de Rusia. Borís Yeltsin me ha dicho que Karadzic sabe demasiado de Milosevic y nunca permitirá que le cojan".

Chirac también le habría dicho que durante la firma de los acuerdos de Dayton, que pusieron fin a la guerra de Bosnia en 1995, se habría llegado a un pacto de caballeros con Karadzic. El mandatario galo reconocía, sin embargo, no poder probarlo. Cuando la fiscal interpeló al general estadounidense Wesley Clark, representante entonces del Pentágono, obtuvo una respuesta bien distinta. Chirac habría pactado con el líder serbobosnio a cambio de la liberación de dos pilotos franceses.