Los maestros de la República en Manresa.
Trayectorias, pedagogías y depuraciones

Las escuelas públicas, las escuelas religiosas y las escuelas privadas

La escolarización de los niños y niñas manresanos se hacía, mayormente, en los colegios religiosos, que agrupaban a casi la mitad del alumnado; las escuelas públicas –que entonces se llamaban “nacionales”– que reunían una tercera parte del censo escolar, y el 18% restante quedaba para las escuelas particulares.

En el Pleno municipal del 10 de abril de 1936 se aseguraba que el número de las escuelas religiosas superaba al de los alumnos de las públicas y que había bastantes alumnos que hubieran querido asistir a la pública pero que no podían por falta de plazas. La necesidad de construcción de escuelas nacionales era una necesidad urgente para sustituir la enseñanza religiosa tal como se proponía el gobierno de la República y con este objetivo se hizo la propuesta de incautar el edificio de la Cova de Sant Ignasi, ya que estaba vacante por la disolución de la Compañía de Jesús.

Censo escolar elaborado por el CENU en septiembre de 1936

Escuela pública 1688 niños 30’5%
Escuelas particulares 764 niños 13’8%
Escuela confesional 2424 niños 43’9%
Sin escuela 648 niños 11’8%
TOTAL 5.524 NIÑOS

La cantidad de maestros por centro escolar nos la proporciona la memoria del curso escolar 1935-36 realizada por el Ayuntamiento de Manresa. En este documento se observa que de centro escolar público grande solo había uno, el Grup Escolar Renaixença (inaugurado en septiembre de 1934), mientras que los otros centros escolares, excepto el de la Bonavista (que pasó a llamarse después de la guerra Padre Algué), eran pequeñas escuelas de 1 a 3 maestros.

La cantidad de alumnos por maestro era, en aquel tiempo, muy elevada; prácticamente se contaba que un maestro podía atender una clase de 40 alumnos y a veces incluso más. El colegio Renaixença agrupaba 558 alumnos (ratio de 33 alumnos por maestro) y la escuela Bonavista escolarizaba 347 niños y niñas, con una ratio de 43 alumnos por maestro. En la escuela de la carretera de Santpedor una sola maestra atendía a 57 alumnos. Huelga decir que en ninguna parte se contaba con profesores especialistas en determinadas áreas.

Cantidad de maestros y alumnos por centro escolar público, curso 1935-36

  MAESTROS ALUMNOS
Grup Renaixença 17 558 (niños y niñas)
Grup Bonavista 8 347 (niños y niñas)
Grup Francesc Macià 3 131 (niños)
Escuelas Sant Ignasi 3 104 (niños)
Escuelas Poble Nou 2 47 (niñas)
Parvulario Sant Domènec 1 32 (niños y niñas)
Escuelas Viladordis 2 ?
Escuela Ctra. Santpedor 1 57 (niños y niñas)
Escuela Parc de la Seu 1 49 (niñas)
Escuela les Farreres 1 ?        

Al margen de la intensa acción del gobierno municipal en el terreno educativo, es importante resaltar que la mayoría de alumnos manresanos de aquella época seguían inscritos en la enseñanza privada, la mayor parte de la cual era confesional, con algunas escuelas de gran tradición en Manresa. Aparte de cuestiones ideológicas y de creencias religiosas, este hecho respondía a la cruenta realidad de muchos años de abandono y de dejadez de los servicios públicos básicos a los que los diferentes gobiernos habían condenado a buena parte de la población. En este sentido, la iniciativa privada o confesional había llevado a cabo una labor de sustitución de las responsabilidades educativas del estado a la vez que ejercía una gran influencia social en el conjunto de la población.

Precisamente, los años de la República fueron complicados en relación a las escuelas religiosas, afectadas de lleno por las polémicas laicistas y la cuestión de la separación Iglesia-Estado. Ese conflicto se producía en un marco de tradición educativa confesional, con los privilegios que ello había supuesto hasta entonces para este tipo de escuelas, la política gubernamental de limitación de las órdenes religiosas, etc. A nivel ciudadano, todo esto se concretó en hechos tales como la disolución de los jesuitas o la prohibición a los Hermanos de las Escuelas Cristianas de continuar ejerciendo su labor educativa.

La enseñanza religiosa agrupaba el 44%
 del alumnado manresano en el año 1936.

Según el concejal Marcel·lí Font i Brunet, en abril de 1936 las seis escuelas religiosas de Manresa escolarizaban 2043 niños, repartidos de la siguiente manera: Casa Caridad (564 alumnos), Compañía de María (424), Hermanos de las Escuelas Cristianas –La Salle– (420), Infants Orfes (345), Mutua Bages –Dominicas– (210) y Hospital de San Andrés (80).

El colegio religioso de chicos con más prestigio era el Colegio Nuestra Señora de Montserrat, cuya titularidad era de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y estaba situada en la calle dels Infants (la actual Sant Joan Baptista de la Salle) desde 1926. Al inicio de la República el colegio llegó a los 400 alumnos, que cursaban estudios de primaria, de comercio y toda la etapa de segunda enseñanza. Un tiempo después la escuela ofreció estudios de bachillerato. En esa época el centro estaba al cargo de una veintena de religiosos de la comunidad. Por la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas de 1933, los hermanos lasallistas no pudieron dirigir la escuela y todos los centros de La Salle pasaron a ser propiedad de la sociedad anónima La Instrucción Popular SA. El de Manresa también, pero los hermanos continuaron llevando la gestión con nombres diferentes.

Entre las escuelas religiosas de chicas, cabe destacar el Colegio de la Compañía de María, establecido en el antiguo convento de San Francisco, ampliado por el lado de la calle de las Campanas. Era un gran edificio donde recibían educación niñas y chicas de Manresa y de comarcas cercanas que lo hacían en régimen de internado.

El colegio de Santa Rosa de Lima de las Hermanas Dominicas estaba situado en la calle del Bruc, en el mismo lugar donde se encuentra actualmente. El colegio fue experimentando sucesivas ampliaciones a lo largo de su historia. En él se impartían la enseñanza primaria, la elemental y superior, clases nocturnas y catequesis dominical. Antes de la Guerra Civil habían introducido en sus enseñanzas clases de contabilidad.

Las monjas carmelitas, que habían tomado a su cargo en el año 1859 la Casa de Caridad –fundación del patricio manresano Francesc Cots i d’Argullol–, abrieron en 1870 su propio colegio, que más tarde se desdoblaría en dos: uno para a niñas y chicas bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores y otro para niños, en el chalet que se construyó en el jardín de que disponía la institución benéfica de casa Caridad y que se puso bajo el patronazgo del Sagrado Corazón de Jesús.

La misma congregación religiosa de las carmelitas tomó a su cargo el Colegio dels Infants Orfes, inaugurado en la carretera de Vic en el año 1901. En la etapa de parvulario había niños y niñas, pero en los niveles preparatorio, elemental y graduado solo escolarizaba a las chicas.

Además de las escuelas públicas y de las seis escuelas religiosas, en el año 1936 existían en Manresa más de una decena de escuelas particulares con cerca de 800 alumnos. Se trataba de centros pequeños, la mayoría de los cuales estaban ubicados en pisos. La Academia Massegú era la que tenía una matrícula más numerosa: 200 alumnos. El resto del alumnado se repartía entre la Academia Obradors (50 alumnos), L’Ateneu Obrer Manresà (60), el Ateneo Cultural Popular (65), la escuela de la Fábrica del Guix (60), y las academias de Llorenç Villaplana, del Tossal del Coro (39), de Ramon Nolla (37), de Jaume Sellarès (56), de Amadeu Miralles Bonvehí (55), del reverendo Jaume Ubach (45), Francesc Oller (52) y de Sofia Safont (45).

Una de las más relevantes era, pues, la Academia Massegú, fundada en 1928 en la calle de Na Bastardes. El centro fue ampliando sus enseñanzas, sobre todo en referencia a los estudios mercantiles, además de la enseñanza del Francés, Contabilidad, Dibujo etc. A partir de 1933 editaron la revista Cultura como portavoz del colegio. En septiembre de 1934, la escuela amplió sus espacios, con un segundo local situado en la calle Sobrerroca, así como sus aprendizajes, sobre todo de práctica comercial, de estudios mercantiles y también en la preparación y repaso de programas de segunda enseñanza y de determinadas carreras.

La Academia Obradors, para chicas, era un centro agregado a la Academia Cots de Barcelona y estaba ubicado inicialmente en el Paseo de Pedro III y después en la calle de Guimerà. Dirigía el centro Rosa Obradors Rovira y, entre muchas otras materias que, entonces, se consideraban específicas de la mujer, se podían cursar estudios de Cálculo Mercantil, Teneduría de Libros, Mecanografía, Correspondencia y Francés e incluso estudios de Solfeo y teoría.

A partir del curso 1927-28, en el mismo emplazamiento que había ocupado la Academia Mercantil, se estableció el Liceo Dalmau como una sucursal de las que tenía abiertas Delfí Dalmau en diferentes poblaciones de la provincia de Barcelona. Se impartían preferentemente estudios de Comercio-Cálculo Mercantil y Teneduría de Libros y Idiomas. Su primer director fue Antoni Invers i Pi que, en 1932, pasó a dirigir también la Escola d’Arts i Oficis y, al año siguiente, fundaría un nuevo centro de su propiedad, el Liceu Invers, orientado básicamente al estudio de idiomas. Terminada la Guerra Civil, el Liceo Dalmau desapareció y el director de entonces, Josep Calmet Safont, fundó su propia Academia Calmet, que fue uno de los primeros lugares en Manresa donde –de manera totalmente clandestina– se enseñó el catalán durante la posguerra.

El Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de Manresa, inaugurado en 1927, fue conocido popularmente como “L’Institut” o como el “Grup Escolar”, ya que este era su destino inicial. No fue hasta el año 1953 que recibió su nombre actual de Lluís de Peguera. En septiembre de 1931, por un decreto del gobierno central de la República, se creó la Escuela Preparatoria de Ingreso al Bachillerato, de acuerdo con la aspiración perseguida por la Comisión de Cultura del Ayuntamiento y profesores del Instituto como Aniceto León Garre que colaboraban con él. La función de esta Escuela era entroncar la enseñanza primaria y la secundaria, preparando a los chicos y chicas para acceder al primer curso de bachillerato. Se situó en la planta baja del ala derecha del Instituto y comenzó a funcionar en noviembre de ese mismo año.

En mayo de 1931, el alcalde Joan Selvas se dirigió al ministro de Instrucción Pública, Marcel·lí Domingo y, aparte de felicitarle por las disposiciones de este sobre el uso del catalán en la escuela, le pidió que nombrara al catedrático Aniceto León Garre como director del Instituto. El anterior había dimitido con el cambio de régimen y la plaza estaba vacante. A pesar de la carta, Aniceto León no fue nombrado director hasta el año 1938 y, durante su mandato, se produjo una depuración de los alumnos considerados de familias derechistas, depuración que incluso un diario de izquierdas como El Dia criticó duramente.